EXPERIMENTOS DE MILGRAM

 

En la milicia se entiende la disciplina como” el conjunto de obligaciones y deberes impuestos por los diversos ordenamientos castrenses a cada uno de sus miembros, de acuerdo a las jerarquías y en base a la estricta obediencia a las normas jurídicas que rigen su conducta en el servicio de las armas”.

Desde esta definición podemos comprender cuando a alguien se le acusa de un delito y sólo sabe decir: “yo sólo obedecía órdenes”.

Esto es lo que pasó cuando fueron procesados militares nazis y esta obediencia no sólo se debe a creer  en lo que hacen , sino que esto es un proceso de una serie de experimentos que se llevaron a cabo para conseguir estos fines.

A menudo, en el trabajo, nos encontramos con un modelo de superior jerárquico, que bien podemos llamar “jefe coercitivo”,  que es autoritario y enérgico , y todas sus acciones  estan orientadas  al logro, a los resultados, a la consecución de los objetivos, y cuyo lema es “haz lo que te digo, sin cuestionamientos”.

 Ante este tipo de superior, tenemos el subordinado que tiene “obediencia ciega” a la autoridad, entendiendo la obediencia que lleva a hacer cosas que en condiciones normales una persona nunca haría. Este estado de modalidades en el ser humano ,ha llevado a muchos científicos a tratar de averiguar  el por que de estas conductas.

Uno de los investigadores que logró comprender el “ porque” personas “normales”  movidos por la obediencia , eran capaces de hacer atrocidades en un momento dado; fue  en 1963 un profesor de psicología de la Universidad de Yale que  comenzó a desarrollar una serie de pruebas experimentales con el fin de determinar el nivel de obediencia en una persona cuando esta obediencia entra en directo conflicto con sus valores morales y humanos.  Tras una larga serie de experimentos( que dejaron sorprendidos  a todos), ya que los resultados eran realmente inesperados, Milgram publicó en 1974 su obra: Obedience to Authority.

El primer experimento de la serie se hizo  en la Universidad de Yale.  Se dedicó a  reclutar personas para hacer la prueba y para ello se realizó un llamamiento  en un periódico , en el que se buscaban  personas de cualquier tipo y sin ningún requisito , en contrapartida  se ofrecía una cierta cantidad de dinero y por participar en un experimento.  A este reclamo acudieron varias personas de distintos niveles, desde analfabetos hasta universitarios. Una vez reunidas en el lugar donde tendría lugar  el experimento,  las personas, entraban individualmente y no en grupo, y  el líder del proyecto las introducía a otra persona, (un actor que participaba en  el experimento), con la que harían juntos la prueba.  A continuación les comunicaba que el experimento se basaría en estudiar el aprendizaje bajo castigo y presión indicándoles que uno tomaría el rol de “maestro” y el otro el de “alumno”. Por supuesto la prueba estaba arreglada para que al actor siempre le correspondiera  el puesto de “alumno” y a la persona con la que en realidad se experimentaba,  el de “maestro”. Por este motivo, la persona creía que era en el “alumno” en el que se realizaba el experimento, sin saber  que en realidad serían ellos utilizadas como conejillo. Después  de repartir los roles eran separados en dos habitaciones diferentes, donde podían oírse pero no verse. Tras esto, al “maestro” se le daba un shock de 45 voltios indicándoles que esa sería la descarga más baja que el “alumno” recibiría, y que con cada respuesta errónea , el voltaje iría en aumento.

Antes de comenzar el experimento, Milgram y su equipo, pensaban que probablemente, casi nadie pasaría mucho tiempo oyendo cómo una persona sufría,  por culpa de las descargas que él mismo ordenaba a la silla; y que no lo harían a pesar de las órdenes,, amenazas y coacciones del director del experimento.  Milgram, antes de comenzar el experimento, pensaba que una persona mentalmente sana debía negarse a enviar descargas a la silla, y que se  levantaría y renunciaría al experimento, en cuanto viera que , provocaba  sufrimiento a otra persona.     A pesar de lo que pensaban, los resultados fueron escalofriantes, pues más del sesenta por ciento de las personas utilizadas en el experimento, llegaron a provocar descargas de altísima “intensidad”, llegando incluso a la muerte del sujeto pasivo, por el simple hecho de obedecer ciegamente al director del experimento, quien persuadía al “ejecutar  con distintas órdenes, suaves en un principio y más adelante exigentes. Evidentemente el sujeto que recibía las descaargas era un actor, miembro del equipo de investigadores.

Causa estupor comprobar  , que de los 14 especialistas a los que Milgram había pedido un ensayo sobre que esperaban  en las reacciones de los “conejillos”, todos, unánimemente, establecieron que sólo un 1.2% de los estudiados presentaría una conducta lo suficientemente sádica como para llegar al final ;pero  la realidad fue mucho más sádica: puesto que de las personas en las que se realizó el experimento un 60%, a pesar del llanto y los súplicas de clemencia de la víctima, llegaron a aplicar el shock final de 450 voltios; aunque  la gran mayoría de los que llegaron al final lo hicieron bajo  presión y un gran dolor interno, muchos presionaban el botón temblando y algunos otros incluso lloraban mientras hacían las preguntas, pero  muy pocos se negaron a no obedecer. El experimento fue   repetido decenas de veces a lo largo de los años. En todos los casos el resultado fue muy parecido.

 La obediencia a la autoridad, y las estructuras de mando rígidas y autoritarias, constituyen un tema atractivo para determinar la materialización de algunas de las acciones del ser humano, tanto lo referente a lo personal como en lo laboral. Estas reacciones son ante todo  de índole psicosocial, por la influencia que tienen en la vida individual de las personas, por lo  que el tan socorrido “yo sólo obedecía órdenes”, si por un lado  protege de responsabilidades y camufla de “sentido del deber”  lo que hacemos , también   deja al descubierto una importante cuestión ética y de principios morales de quién obedece.  Sobre todo, hace brotar un problema de conciencia que desgasta emocionalmente a la persona, ya que lo hace escudado en órdenes, pero esas órdenes moralmente no puede resistirlas.

 

http://www.youtube.com/watch?v=iUFN1eX2s6Q

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Una respuesta a EXPERIMENTOS DE MILGRAM

  1. Iván dijo:

    Increíble experimentos y más increíbles los resultados. Parece mentira a lo que puede llegar el ser humano y quizás no sorprenderíamos con nuestra propia reacción en un experimento similar. En la academia de oposiciones donde estoy estudiando para ser maestro hemos comentado más de una vez el peligro que tenemos los docentes porque somos la máxima autoridad de la clase (sobre todo cuando son pequeños). Un comentario fuera de tono o demasiado seco puede ejercer una gran influencia, solo de imaginar lo que puede hacer alguien con poder me da escalofríos. Buena reflexión.

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